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NOMBRE CIENTÍFICO

 

Cordados >Condrictios > Miliobatiformes > Miliobátidos

3A_CODE (FAO): MPOPteromylaeus bovinus (Geoffroy Saint Hilaire, 1817)

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Identificación

Morro picudo. Aletas pectorales largas y puntiagudas. Aleta dorsal entre las pelvianas. Cola larga, fina, bastante rígida, con uno o dos aguijones de bordes dentados. Color marrón verdoso o rojizo por la cara dorsal; cola y aguijones negros; cara ventral blanca con la punta de las pectorales de color oscuro; jóvenes con vetas transversales más claras. Hasta 1,5 m de longitud, sin contar la cola.

X

aleta

  • Expansiones membranosas sostenidas por radios óseos, duros (espinosos) y blandos (ramificados) cubiertos por la epidermis. Son los órganos locomotores de los peces. En el lenguaje marinero reciben el nombre de esquilones.
Glosario de anatomía
X

aletas pectorales

  • Aletas pares, situadas en la región torácica de los peces, normalmente en posición lateral. Las rayas, guitarras, chuchos, obispos, tembladeras y chalecos tienen las aletas pectorales muy desarrolladas, unidas al tronco formando un disco más o menos circular. En los peces voladores (Cheilopogon heterurus), en el pez demonio (Dactylopterus volitans) y en algunos tríglidos (Chelidonichthys lucernus), las aletas pectorales forman grandes expansiones que les sirven para volar cuando saltan fuera del agua (pez volador), o para planear por el fondo submarino (las otras dos especies). Las morenas (Muraena helena) no tienen aletas pectorales.
Glosario de anatomía
X

cola

  • Aleta caudal de los peces, situada al final del cuerpo.
Glosario de anatomía

Vernáculos por puerto pesquero

  • Términos
  • Unidades fraseológicas, diminutivos, aumentativos, pronunciaciones
  • Confusiones
Puertos del Atlántico
Ayamonte

chucho, obispo

Isla Cristina

obispo, chucho

El Terrón

cardenal, chucho, obispo, obispito

El Rompido

obispo, chucho

Punta Umbría

obispo, chucho

Huelva

chucho, obispo

Mazagón

obispo

Bonanza

obispo, chucha de la mala casta, mancurrano

Chipiona

obispo, mancurrano

Rota

obispo, chucho, mancurrano

El Puerto de Santa María

cotorro, obispo, chucho, reactor

Cádiz

obispo

Puerto Real

obispo, chucho

Gallineras

obispo, chucho

Sancti Petri

obispo, chucho

Conil de la Frontera

mancurrano, obispo, agujeta, chucho, murciélago

Barbate

obispo, chucho, mancurrano

Tarifa

chucho

Puertos del Mediterráneo
Algeciras

chucho, obispo

La Atunara

chucho, obispo, murciélago

Estepona

obispo, chucho

Marbella

chucho, demonio, obispo

Fuengirola

obispo, chucho

Málaga

chucho

Caleta de Vélez

chucho, obispo

Almuñécar

chucho

Salobreña

chucho

Motril

chucho, obispo

Castell de Ferro

chucho

Adra

chucho, mochuelo

Roquetas de Mar

chucho, milano, mirlán

Almería

chucho

Cabo de Gata

chucho

Carboneras

ratón, chucho

Garrucha

chucho, ratón

Notas lingüísticas

Pteromylaeus bovinus es un pez cartilaginoso de mediano a gran tamaño, comestible, localmente apreciado. Su distribución geográfica comprende todo el litoral andaluz y su captura es bastante frecuente, por lo que se trata de una especie bien conocida por los informantes entrevistados. Con ello, en todas las encuestas realizadas obtuvimos respuestas.

La denominación más frecuentemente empleada es chucho, que recogimos prácticamente en todos los puertos considerados en la costa andaluza. En Sanlúcar la recogimos como chucha de la mala casta, en relación con la apreciación subjetiva del informante al compararla con Myliobatis aquila, la otra especie de la misma familia que mostramos en las encuestas, a la que, sin embargo, no calificó como de "buena casta". Esta voz, chucho, procede del mismo nombre que se da al perro mestizo, chucho, por cuanto los informantes ven que Pteromylaeus bovinus no es una raya propiamente dicha, sino una mezcla de raya y otra especie de batoideo indeterminada. Asimismo, según Barriuso (1986), podrían asociarse tanto al gruñido que estos peces emiten al sacarlos del agua, como a las dolorosas heridas que produce su aguijón de la cola, semejantes a las de la mordedura del perro. En relación con este peligro, en Conil un informante la llamó agujeta, y otro en Marbella demonio.

A continuación en frecuencia de ocurrencia encontramos la voz obispo, que es una voz más propia de los puertos de Huelva, Cádiz y Málaga, y se debe al característico rostro saliente (”hocico largo", decía Medina Conde en 1789), que recuerda a la mitra de un obispo, o tocado alto y apuntado que visten los arzobispos y obispos en las grandes solemnidades eclesiásticas. Por eso algunos informantes describen a la especie como la que "tiene la cabeza como un diácono" (Ayamonte), la que "tiene la cabeza como el Papa" (Ayamonte), la que es "la de la cabeza grande" (El Puerto de Santa María), o "el de la trompa" (Cádiz). En el mismo sentido, en El Terrón un informante le llamó cardenal, asimilándolo a una categoría superior, la de prelado papal, porque es de mayor tamaño que Myliobatis aquila, al que previamente había llamado obispo.

El color marrón rojizo de este pez, sus largas y puntiagudas aletas pectorales y su costumbre de desplazarse por el agua “aleteando” como un pájaro, e incluso saltando fuera del agua (Fisher et al., 1987), hacen que reciba nombres de aves, de mamíferos voladores o de ingenios aeronáuticos, como los siguientes:

  • cotorro (El Puerto),
  • mochuelo (Adra),
  • milano (a veces, mirlán) (Roquetas), 
  • murciélago (Conil, La Línea), y
  • reactor (El Puerto).

En Sanlúcar, Chipiona, Rota, Conil y Barbate, recogimos mancurrano, de origen desconocido, pero que aventuramos podría estar relacionado con mancar, es decir, herir las manos de alguien con su aguijón y dejarlo manco.

Por el gran parecido de su cola larga y cilíndrica como la de los ratones terrestres, en Garrucha y Carboneras la denominaron ratón.

Los nombres en negritas son neologismos de ICTIOTERM para la ictionimia andaluza.

En la bibliografía ictionímica para Andalucía, Medina Conde (1789) recoge escorciana asociado a esta especie, tal vez por los perjudiciales efectos para la salud (vómitos, diarreas) que puede tener el pinchazo del aguijón caudal, al igual que la planta silvestre medicinal así llamada (Globularia vulgaris Linnaeus, 1758), si no se ingiere adecuadamente. En Cádiz, Alvar (1989) cita la forma abispo, una variante de avispa, relacionada con la peligrosa picadura de su aguijón caudal.

Bibliografía

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