NOMBRE CIENTÍFICO
Cordados >Cefalospidomorfos > Petromizontiformes > Petromizóntidos
3A_CODE (FAO): LAUPetromyzon marinus
(griego petros-myzein ‘piedra-chupar’, boca adhesiva; latín marinus ‘marino’) (Barriuso, 1986)
IdentificaciónCuerpo largo, cilíndrico, sin escamas, comprimido lateralmente en la mitad posterior. Esqueleto cartilaginoso. Boca en forma de disco adhesivo, con un borde carnoso, una corona de papilas y varias hileras concéntricas de dientes. Siete orificios branquiales a cada lado de la cabeza. Dos aletas dorsales en los adultos (inmaduros, solo una), la primera más corta y baja que la segunda. Aleta caudal con dos lóbulos iguales. Sin aletas pectorales ni anal. Coloración gris azulado por el dorso y los flancos, con líneas oscuras irregulares; vientre blanquecino. Hasta 1,2 m de longitud.
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Vernáculos por puerto pesquero
Notas lingüísticasPetromyzon marinus es un pez cartilaginoso, de mediano tamaño, comestible y apreciado localmente. Se trata de una especie anfibiótica que vive en el mar y remonta los ríos para reproducirse. Para depositar la puesta excava nidos en la arena despejando de piedras una zona del lecho, piedras que retira cogiéndolas con su ventosa bucal y coloca alrededor formando un barrera de protección (Fernández-Delgado et al., 2000). No obstante, la función principal de esta ventosa es fijarse al cuerpo de otros peces para alimentarse chupándoles la sangre y otros fluidos corporales. Abundante en el río Guadalquivir hasta mediados del siglo XX, hoy día se da casi por extinguida en esta zona (Hernando y Pareja, 1974). Los últimos ejemplares recolectados de los que se tiene referencia documental se obtuvieron en los años 1992 (70 cm de longitud) y 1999 (23 cm) (Fernández-Delgado et al., 2000). En el mar hay registradas dos capturas recientes en la costa de Motril, una en 2009 (72 cm) y otra en 2012 (65 cm) (Luis Peña Rivas, comunicación personal, 2012). Pese a esta escasa presencia, la especie, que está documentada desde la Antigüedad (ya la nombraba Plinio, año 77 d.C.: traducción de Gerónimo de Huerta, año 1624), es bien conocida por una gran mayoría de informantes de toda la costa andaluza, que recuerdan su raro aspecto o su llamativo comportamiento. Así, aunque en muchas encuestas (46% de las realizadas en los puertos atlánticos; 29% en las de los mediterráneos) no obtuvimos ninguna respuesta o registramos confusiones con otras especies de cuerpo viscoso y alargado (Anguilla anguilla, Conger conger, Ophisurus serpens), en prácticamente todos los puertos recogimos denominaciones que consideramos correctas. De ellas, la más frecuentemente empleada es lamprea, que recogimos en casi todos los puertos del área de estudio. Hay que decir que la mayoría de las veces los informantes la pronuncian deformada, en alguna de las variantes alfabéticamente siguientes:
La denominación lamprea, del latín lampedra o lampetra 'lamepiedras', por influencia, según Barriuso (1986), del latín lambere 'lamer', evoca la capacidad de este pez de adherirse a las piedras con su ventosa bucal. No en vano su nombre científico es Petromyzon, del griego petros-myzein 'piedra-chupar' (Barriuso, 1986). Por esta capacidad de chupar, un informante de Cádiz considera que este pez es un "mamífero". De aquí derivan también otras voces de uso relativamente frecuente entre nuestros informantes, como:
Esta capacidad de adherirse chupando, lleva a algunos informantes a denominar rémora (Málaga, Garrucha) (oído rémola) y pez rémora (Marbella) a la lamprea, en clara alusión a Remora remora, otro pez que también se adhiere a barcos y peces, pero con un órgano distinto: el disco adhesivo que posee encima de la cabeza (ver ficha). Por esta razón, hemos considerado válida la sociación de las voces rémora y pez rémora a Petromyzon marinus. Por otra parte, los siete peculiares orificios branquiales redondos y alineados que tiene la lamprea a cada lado de la cabeza dan lugar a las voces flauta (Punta Umbría, Rota), peje flauta (Ayamonte, El Rompido, Sanlúcar, Chipiona, Puerto Real) y pez flauta (Puerto Real). "Flauta, por los siete agujeros", dijo un informante de Sanlúcar. Cabe añadir en este punto que el imaginario desbordante de algunos informantes les lleva a ver a la lamprea como un ser monstruoso, al que en Rota describieron como "ese cabrón, de 12 agujeros en el costado", y en Mazagón como "malacara", porque "el marroquí de a bordo dice que este pescado trae mala suerte". Asimismo, por asociaciones erróneas con la rémora, que acostumbra a ir pegada a tiburones "despiojándolos" de copépodos parásitos de la piel, un informante de Huelva denominó a la lamprea "pez lavadora", "porque limpia a los demás pescados"; uno de Ayamonte le atribuye la misma capacidad porque "le quita las pulgas a los tiburones" -en realidad, como dijimos arriba y como afirmó un informante experto de Málaga, la lamprea "es parásito", porque se alimenta de otros peces, en este caso chupándoles la sangre-; y, finalmente, uno de Rota la denominó "piloto", ante la creencia errónea de que guía a los tiburones hacia la comida. Los nombres en negritas son neologismos de ICTIOTERM para la ictioimia andaluza. En la bibliografía ictionímica para Andalucía, Pérez Arcas (1921) recoge lamprea de mar bajo el epígrafe "Andalucía". Confusiones registradas
Bibliografía
— Petromyzon (Cádiz y El Puerto de Sª María) lamprea — Lampetra (Málaga) lamprea — Petromyzon marinum (costas de Cádiz y Huelva) lamprea (Andalucía) lamprea de mar (Andalucía) pegatimón (Málaga) lamprea (Algeciras) lamprea (Estepona, Málaga, Adra, Motril, Almería, Almuñécar) lambrea (Algeciras) flauta (Estuario del Guadalquivir y PN Doñana) lamprea (Estuario del Guadalquivir y PN Doñana) lamprea (Andalucía) |
TÉRMINOS ASOCIADOS Y FRECUENCIA DE OCURRENCIA
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